miércoles, 27 de febrero de 2008

Los Museos


En cada esquina, en cada calle hay un espacio cuidadosamente pensado para la exhibición de objetos, obras, cosas para la contemplación y el disfrute del observador. En una ciudad como esta sembrada desde siempre con arte y artistas es fácil sacar esa conclusión pero quiero ir mas allá, en Madrid exponer algo al publico es una puesta en escena notable, es un ejercicio museológico que trasciende la naturaleza de lo exhibido, no importa que sea algo tan corriente como un destornillador, tan exótico como dioses indues de porcelana o tan inexhibible como un barometro, aquí lo logran. En vitrinas maravillosas diseñadas con esmero visible se descubren combinaciones de color, composición y juegos entre las formas de cada cosa que hay con posibilidades que no se me hubieran ocurrido en la vida, la mano del español se nota en la vitrina, no es como los chinos que apilan hasta que en color reventado de sus mercancías hiere el ojo y logra una impresión, aquí se descubre la intensión en la sutileza con que un abanico de sierras está rematado por chipas de cable de colores sobre un fondo de taladros que va de pequeño a grande en la ferretería del barrio y como una docena de jamones curados forma un circulo perfecto acomodados todos con su parte mas delgada al centro y como esa figura se repite en 2 metros cuadrados con las latas de aceitunas, los quesos y las botellas de vino formando así una vista caleidoscopica de los gustos de esta nación bajo un letrero de neón que dice bienvenidos al museo del jamón. Sólo en una ciudad de museos todo puede ser un museo.

jueves, 21 de febrero de 2008

La ciudad extraña

Hoy vivo en una ciudad que no es la mía, es diferente en cosas y tan parecida que hasta ha sido sorprendente en ese sentido, lo parecido es cada vez más parecido, las urbes en el mundo tienen tan poco que las diferencie que sólo queda el disfrutar de un paisaje distinto.
Esto lo escribo no en el día uno después de haber llegado y es que cuando pasa la novedad de las vistas, encuentra camino para recorrer la rutina que se pega de la uniformidad de las vidas que tenemos atravesadas por códigos idénticos que sobrepasan inclusive el idioma.
A mi eso me asusta; que mi cabeza encuentre refugio en lo común: en un Macdonalds, en una tienda Nike, en un chocolate Nestle o en un Juan Valdez que tenga que buscar espacio en los resquicios de cabeza que me quedan para tratar de llenarlos de lo que no tengo en donde he vivido. El arte, los museos, la arquitectura son maravillosos pero por ratos me gana la batalla la uniformidad y me molesta , me impide sorprenderme constantemente, y hoy cuando me preguntaron ¿que le ha hecho falta hasta ahora? tuve que responder que nada. y me hace pensar que si en este mundo todo esta a la mano tal vez yo aprenda a no querer nada, tal vez la abundancia y llenarse de lo mismo es el camino al nirvana.

martes, 19 de febrero de 2008

Entrada 1, el fondo de la mochila

Comenzar el blog es bien particular, ya con el plan de tener un blog, porque baquero lo pidió, hay que hacerlo y es tan fácil que se siguen los 3 pasos y ya está sale el letrero de comience a publicar.
Y ahí si fritos porque pues no hay nada preparado si no que toca dejar que la espontaneidad brote y a la de dios. bien ya quedo comenzado.

el fondo de la mochila ya está, vamos a ver si sigue por buen camino a ser mochila completa como tiene que ser.